Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible.
Negocios bien vistos
De niño no iba bien con los estudios. Fui un niño con un claro fracaso escolar, pero, a la vez, nunca pensé que era peor que los demás.
—
Es posible que aquello generase en mí la necesidad de escoger un trabajo bien considerado por la sociedad, que rompiera las limitaciones que se atribuyen a personas que no van bien en el cole.
Aunque de pequeño podía parecer que estudiar no era lo mío, desde la conciencia de ser adulto y al poder elegir los conocimientos que absorbo, me volví disciplinado y desde entonces no he parado de formarme.
Aunque de pequeño podía parecer que estudiar no era lo mío, desde la conciencia de ser adulto y al poder elegir los conocimientos que absorbo, me volví disciplinado y desde entonces no he parado de formarme.
Empecé como higienista auxiliar de enfermería y trabajé en un hospital. Al poco tiempo de estar allí, noté que me resultaba frustrante ver que el resto de auxiliares se conformaban con que esa fuera su trayectoria para el resto de sus vidas.
No me sentía identificado con aquello.
Entonces me senté con mi mujer, quien me ayudó mucho, y analizamos las posibilidades. Me gustaba ver el cambio en los pacientes cuando los ayudaba, y ver resultados inmediatos.
Una de las cosas que siempre me ha caracterizado es que soy extremadamente perfeccionista, y se me dan bien las tareas manuales, así que decidimos que me formaría en prótesis dental.
Como protésico dental, mi exigencia por los trabajos que realizaba ponía en entredicho a los clínicos con los que podía trabajar. Por ese motivo, decidí saltar la cadena y abrir mi primer centro, aportando servicios con la calidad que yo considero.
Una de las cosas que siempre me ha caracterizado es que soy extremadamente perfeccionista, y se me dan bien las tareas manuales, así que decidimos que me formaría en prótesis dental.
Como protésico dental, mi exigencia por los trabajos que realizaba ponía en entredicho a los clínicos con los que podía trabajar. Por ese motivo, decidí saltar la cadena y abrir mi primer centro, aportando servicios con la calidad que yo considero.
Quise dedicarme a una profesión socialmente bien vista, y he acabado creando algo que va infinitamente más allá.
He acabado teniendo un centro (mejor dicho dos), creados acorde con unos estándares de calidad muy elevados. Y nuestros pacientes lo notan, porque en nuestras clínicas se respira buen ambiente.
Aquí se está bien, nos dicen.
Quizás es por la amabilidad y profesionalidad de las personas que trabajamos allí.
O por la iluminación, las plantas naturales o la música que escogemos con mimo. También puede ser porque, aunque te sientes poco rato (nuestro tiempo de espera es de 15 minutos máximo, normalmente menos), las sillas y sofás son cómodas y de tacto agradable.
Todo influye.
Por eso cuidamos todos los detalles. No para ser una clínica de lujo, sino para ser un lugar agradable, moderno y funcional donde nuestros pacientes se sientan a gusto.
Todo influye.
Por eso cuidamos todos los detalles. No para ser una clínica de lujo, sino para ser un lugar agradable, moderno y funcional donde nuestros pacientes se sientan a gusto.
Un lugar que va mucho más allá de un negocio bien visto.